Breaking News

[crítica] IDA


por José Bejarano

Título original: IDA (Sister of Mercy) 
Año: 2013 
País: Polonia 
Director: Pawel Pawlikowski 
Guión: Pawel Pawlikowski, Rebecca Lenkiewicz 
Música: Kristian Selin Eidnes Andersen 
Fotografía: Lukasz Zal, Ryszard Lenczewski (B&W) 
Género: Drama / Años 60. Religión. Familia. Nazismo 
Duración: 80min. 
Reparto: Agata Kulesza, Agata Trzebuchowska, Joanna Kulig, Dawid Ogrodnik, Jerzy Trela, Adam Szyszkowski, Artur Janusiak, Halina Skoczynska, Mariusz Jakus 
Productora: Coproducción Polonia-Italia-Dinamarca; Opus Film / Phoenix Film


Polonia, 1960. Anna (Agata Trzebuchowska), una joven novicia huérfana que está a punto de hacerse monja, descubre que tiene un pariente vivo: una hermana de su madre, pero que no quiso hacerse cargo de ella de niña. La madre superiora obliga entonces a Anna a que visite a su tía antes de tomar los hábitos. La joven conoce entonces a Wanda (Agata Kulesza), una jueza desencantada y alcohólica antigua fiscal del Estado, que cuenta a su sobrina que su verdadero nombre es Ida Lebenstein, que es judía y que el trágico destino de su familia se remonta a la terrible época de la ocupación nazi.
Al ver “Ida”, uno se encuentra con una película prodigiosa, inusual en estos últimos años y comprende porqué ganó el Oscar a la Mejor Película Extranjera, dejando muy por detrás a “Relatos Salvajes” de Damián Szifrón. Una pieza perfectamente estudiada, con un formato poco común de 4:3 y una fotografía en blanco y negro de una belleza superlativa.
Al leer la sinópsis, parece tratarse de una historia densa y aburrida, pero ahí está el mérito de Pawlikowski haciendo que lo difícil parezca fácil, entregando una pieza de cámara de una estilización de otro planeta.
En cuanto al lenguaje audiovisual, observamos juegos de sombras y espacios que oprimen a los personajes en el encuadre. La cosa se vuelve más meritoria si tenemos en cuenta que no existen los movimientos de cámaras, generando de esta manera una quietud que por momentos se vuelve ensordecedora, apenas acompañada de suspiros y del crujir de los árboles. Y por si fuera poco, los paisajes fríos y desoladores de una Polonia, en ese entonces, Estado satélite de la Unión Soviética, nos remite directamente a las pinturas de Edward Hopper, imágenes rurales o urbanas inmersas en el silencio, escenas desiertas tapadas de nieves con una casita a lo lejos que parece abandonada, pero a su vez se encuentra conectada a través de un cable telefónico.
"Ida" es una película notable que merece recomendarse por sus logros formales. Un film valioso y necesario. Para verla varias veces e ir redescubriendo su poesía fotograma por fotograma.
 

No hay comentarios